3. GASTAR,AHORRAR Y COMPARTIR:
 

Que placer estar nuevamente apoyándolos en este proceso de educar Financieramente a nuestros hijos!

El dinero es parte habitual en la vida de los niños pequeños. Usted puede ayudarlos a entender mejor el dinero al fortalecer el aprendizaje de los conceptos básicos que aquí hemos publicado.  Gastar, Compartir y Ahorrar, son conceptos que ayudan a las personas a tomar decisiones sobre el dinero y valorar lo que se tiene. Ustedes tienen muchas oportunidades diariamente para explorar y afianzar estos conceptos.

GASTAR:

Gastar significa dar dinero para recibir algo a cambio. Cuando gaste dinero, explique el proceso a sus niños. (“No tenemos leche. Vamos a comprarla a la tienda”.) Explíqueles las decisiones que toman al gastar. (“Buscaremos una película para ver en casa, en vez de ir al cine. Cuesta menos y podemos verla cómodamente en el sofá”.

“Me parece muy bien que gasten el dinero que les dio la abuela para comprar unos libros. Busquemos algunos libros para elegir cuál comprar”.) Felicite a sus niños por tomar una buena decisión.
En el anterior modulo les indicamos que revisaran con los niños los diferentes oficios y ocupaciones y la importancia o beneficio que prestan a la comunidad.

En esta oportunidad insistimos en esto: Explorar los diferentes tipos de trabajos es una buena manera de introducir la idea de ganar dinero. También, le pueden mostrar a sus niños que hay un valor en trabajar duro y ganar dinero.

Hablen de cómo estos trabajos ayudan a la comunidad. Explíqueles que las personas trabajan duro para poder ganar dinero y comprar las cosas que necesitan y quieren. Cuando las personas hacen un buen trabajo, no sólo ganan dinero sino que también se sienten orgullosos y felices.

 

AHORRAR:

Ahorrar ayuda a las personas a comprar algo en el futuro cuando no tienen suficiente dinero al momento de querer comprarlo.

Esperar es un concepto difícil de comprender para los niños pequeños.

Anime a sus niños a ahorrar dinero, comenzando con pequeños objetivos a un período corto de tiempo. (“En vez de comprar un juguete en el centro comercial, puedes esperar y ahorrar para comprar esa pelota de fútbol que tanto quieres”.)

Ayude a sus niños a esperar para lograr un objetivo a largo plazo, haciendo una simple lista en la que puede ir apuntando el dinero que ahorren.

Aprender a esperar

A veces, tenemos que esperar un tiempo para conseguir algo que queremos. Entender esto puede ayudar a los niños a ahorrar para cosas importantes en el futuro, como un carro, una casa y la universidad. Estas son algunas maneras simples de animar a sus niños a esperar:

* Para ayudar a que sus niños aprendan a tomar turnos cuando los amigos o los hermanos quieran jugar con un juguete, utilice un cronómetro de cocina para saber cuándo es el “tiempo de compartir”.

*Recoger una fruta pequeña y verde ahora, o esperar una semana para recoger una más grande y sabrosa.

* Sea paciente. Trate de mantenerse calmado mientras espera en el tráfico o en la línea de pagar en una tienda. Entretenga a sus niños con una simple canción, un cuento o al jugar ‘veo, veo’.

* Dé el ejemplo a sus niños al esperar antes de comprar algo. Recuérdeles que usted no siempre tiene suficiente dinero para comprar las cosas de inmediato. Explíqueles que ahorrar dinero toma tiempo, pero que si continúan haciéndolo, tendrán suficiente dinero para comprar lo que quieren



COMPARTIR:

Compartir significa dar dinero, tiempo u ofrecer sus talentos a otros.

Si sus niños han ahorrado un poco de dinero, quizás quieran donar algo a una organización que preste ayuda a otros. Hay muchas maneras en las que sus niños pueden compartir sin tener que gastar dinero: compartir su tiempo, las cosas que sepan hacer, donar la ropa o los juguetes que ya no usan.


El valor de las rutinas diarias
Sus niños entienden cómo cada persona puede contribuir en la familia cuando ellos ayudan en casa haciendo tareas sencillas. Déjeles saber que sus contribuciones son muy valiosas e importantes.
Dependiendo de las edades, intereses y habilidades de sus niños, utilice las siguientes ideas:

Los niños entre 3 a 5 años pueden:
* Separar el reciclaje.
* Doblar la ropa lavada.
* Limpiar o poner la mesa.
* Recoger los juguetes. A veces los hermanos pequeños y mayores pueden trabajar juntos al ayudar en el jardín, cuidar las mascotas, lavar los platos y guardar los alimentos comprados. ¡Cuando se ayudan el uno al otro, le añaden valor a lo que hacen!

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A cuidarse se aprende en casa

 

Enseñarles a los niños hábitos y pautas para que construyan sus propias rutinas, sin regaños y con buen ejemplo.

Un niño al que se le educa en el autocuidado es capaz de evitar situaciones de riesgo para su integridad física, sabe alejarse de personas que puedan hacerle daño, tiene un desarrollo emocional adecuado y una buena autoestima y crece con valores humanos sólidos, teniendo un marco de referencia para actuar y comportarse.

Por esto, transmitirles a los hijos la importancia del cuidado de sí mismos es una de las principales tareas que los padres tienen durante los primeros años de vida de sus hijos, entendiendo que son ellos los primeros en darles ejemplo, ya que las normas y comportamientos relacionadas con este aspecto se aprenden a partir de las buenas prácticas y de la repetición.

“Recuerde que las palabras se las lleva el viento, no basta solo con darle al menor la orden de que se lave las manos o los dientes, coma verduras o haga deporte, también es necesario que los papás practiquen esos hábitos en casa”, dijo Manuel Alonso Alejo, médico pediatra.

Es importante que en este proceso no se cuestionen, juzguen, regañen o castiguen a los menores por no hacerlas, pues es una fase que generalmente dura toda la infancia. “Hay que explicarles con pocas palabras, indicaciones claras, sencillas y cortas por qué es importante tener presente estas pautas”, agregó.

El especialista recomienda enseñar la importancia del autocuidado desde que el niño está recién nacido, pues es en esta etapa cuando se inculcan horarios y rutinas de alimentación, sueño y baño, “para que esos comportamientos se arraiguen en su personalidad y sean parte de su estilo de vida”, indicó. Por esto, entre los tres y cuatro años, y durante la edad escolar, se sugiere reforzar los argumentos con el objetivo de que construyan sus propias rutinas.

Hábitos que perduran toda la vida:

Lavarse las manos: se recomienda hacerlo cada vez que el niño coma, entre al baño, salga al parque o juegue con una mascota. Utilizar jabón y enjuagar por máximo un minuto para no desperdiciar agua.

Lavarse los dientes: realizar tres veces al día, al término del desayuno, el almuerzo y la comida. Debe hacerse de arriba hacía bajo, de forma suave, para evitar heridas en las encías. Brindar al niño con crema dental sin flúor y cuando los padres vayan a repasar su cepillado hacerlo con crema con flúor. La dosificación de este mineral es fundamental y debe ser recomendada.

Comer frutas, verduras y hortalizas: estos alimentos aportan vitaminas, minerales y antioxidantes, nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento del organismo de los niños. También son ricos en fibra, agua y bajos en grasas. Es importante enseñarles a elegir los alimentos más saludables a la hora de ir a comprar u ofrecerles un menú de varias opciones.

Tomar agua: dado que son muy propensos a deshidratarse por su actividad física, los pequeños deben consumir, en promedio, 2,5 litros de agua como mínimo al día. Los más pequeños, entre 0 y 3 meses, 800 ml; de 6 meses 1.000 ml; y a partir del año, 1.300.

Hacer deporte: cualquier rutina deportiva evitará el sedentarismo y, por tanto, los riesgos de padecer sobrepeso y obesidad. Además, de favorecer en ellos las relaciones sociales y el aprender a cumplir reglas. Animarlos a hacer cosas que los hagan sentirse bien: arte, deporte, música, baile.

No jugar con implementos de cocina: los cuchillos, tenedores, platos, vasos, pocillos, entre otros elementos, pueden ocasionar cortaduras y diferentes laceraciones cuando son mal manipulados. Evitar también cualquier contacto con las estufas y los electrodomésticos en general.

Cuidado con las escaleras: se deben bajar escalón por escalón, sin saltar, de forma lenta y sosteniéndose de la pared o barandilla. Si el menor aún no camina, se sugiere que lo haga sentado.

Valorar el cuerpo: enseñarles que cada órgano es valioso y que solo ellos pueden tocarlo y cuidarlo. Hablarles con los nombres correctos de las partes del cuerpo y ayudarles a detectar las señales que les da el cuerpo y la mente cuando no están bien.

Los papás son validadores:

Como padre, sea coherente con lo que dice y hace.

No castigue al menor por no hacer una actividad como lavarse los dientes o las manos, tenga presente que estos hábitos se deben enseñar sin represión.

No le dé premios cuando cumpla con una práctica de autocuidado, pues correrá el riesgo que valore más el regalo que la importancia del hábito.

No desautorice al cuidador o niñera, en especial, si estos quieren enseñarles otras prácticas. Esto generará en los pequeños desconfianza e inseguridad.

Explíqueles las tareas de cuidado personal de forma sencilla y clara, sin tanto rodeo ni retórica.


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